Hoy volvemos con postres típicos gallegos, una tarta larpeira, que en gallego significa goloso, y que sin duda hace honor a su nombre. Es un bollo (parecido al roscon de reyes) cubierta de crema pastelera y bañada en un almíbar con toque de anís.
Una auténtica delicia que puede parecer complicada pero que es muy sencilla y os aseguro que el resultado merece la pena.
Comenzamos preparando el almíbar. Ponemos todos los ingredientes y programamos 3 minutos a 100º a velocidad 3. Reservamos.
Si no la tenemos preparada, y sin lavar el vaso haremos la crema pastelera.
A continuación y sin lavar el vaso ponemos todos los ingredientes de la masa: leche, mantequilla o aceite, anís, huevo, azúcar, pizca de sal, levadura y por último harina, mezclamos durante 10 segundos a velocidad 6 y amasamos durante 3 minutos a velocidad espiga.
Dejamos reposar la masa dentro del vaso tapado durante 45 minutos.
PREPARACIÓN (Clásica):
En un bol, ponemos la harina, hacemos un volcan en el centro y le añadimos la leche tibia con la levadura. Vertemos el resto de ingredientes (anís,huevo, azúcar, mantequilla o aceite y sal) y con la mano o una cuchara de madera mezclamos bien hasta conseguir una masa homogénea.
Al principio es complicado porque queda una masa un poco correosa, lo mejor es untarse las manos con aceite y mezclar todo bien, hasta conseguir una bola. Lo ponemos en un bol y reservamos.
Pasado ese tiempo damos forma de bola a la masa. A continuación la aplastamos con ayuda de un rodillo y la pintamos con huevo batido.
Con un cuchillo bien afilado realizamos cortes en forma de cuadrícula (sin llegar al fondo) y dejamos que doble su tamaño durante aproximadamente 1 hora.
Precalentamos el horno a 200ºC y mientras vamos rellenando los cortes con la crema pastelera ayudándonos de una manga. Por último, vamos poniendo azúcar remojada en agua en cada cuadrícula.
Bajamos la temperatura del horno a 180º C y la tenemos durante 25 minutos aproximadamente.
Nada más salir de horno, con ayuda de un pincel, y aún en caliente, bañamos con el almíbar que teníamos reservado.
Dejamos que se enfríe completamente.
El resultado es increíble, queda un bollo esponojoso, con todo el sabor del anís acompañado de la crema pastelera.
Comentarios de los miembros:
Me ha salido perfecta