Lo primero es hacer el buttermilk, que es tan fácil como añadirle a un vaso de leche (yo usé el yogurt), una cucharada de vinagre o limón y se deja unos 10 minutos.
Esto hace que se corte y lo que usaremos para el bizcocho.
Ahora se mezclan todos los ingredientes, primero los huevos con el azúcar hasta que blanqueen, luego echamos el buttermilk y el aceite y por último la harina junto a la levadura y la cucharada de cacao, tamizándolo todo para que coja aire, echar el colorante y mezclar.
Se echa en el molde, una vez untado con mantequilla o aceite y se mete en el horno a 160-170º unos 20 minutos.
Cada horno es un mundo, o sea que ir probando hasta que al pinchar salga limpio.
Se deja enfriar y entonces se monta la nata líquida, cuando casi esté montada se añade el azúcar y el queso (las cantidades van en gustos), se rellena el bizcocho y a comer!!!