Primero lavamos y secamos los albaricoques. Los abrimos por la mitad y les sacamos el hueso. Puede ser que alrededor del hueso quede una superficie un poco dura, tenéis que quitarla también. Cogéis un molde de plum cake y ponéis todos los albaricoques en la base.
Mientras, empezamos a preparar el caramelo. Si estáis solos es mejor que primero hagáis una cosa y después otra. El caramelo es lento de hacer pero, cuando empieza a coger color se quema enseguida así que es mejor que estéis pendientes.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Para hacer el caramelo tendréis que verter en un cazo 200 gr de azúcar y tres cucharaditas de agua. Lo ponéis al fuego y vais removiendo, poco a poco, el cazo por el mango.
Es muy importante que no lo remováis con ningún tipo de cuchara o espátula. El azúcar podría formar bolitas y adiós caramelo.
Lo tendréis que sacudir hasta que empiece a tomar un color dorado. Entonces, lo sacáis del fuego y le añadís el zumo de medio limón.
No perdáis el tiempo en este punto. El caramelo solidifica más rápido que la cera así que, fácilmente, se os puede quedar pegado en el cazo.
Vertemos el caramelo sobre los albaricoques y los ponemos al horno 25 minutos aproximadamente.
No pasa nada porque el caramelo, al tocar la fruta, se solidifique. En el horno volverá a deshacerse y la fruta se confitará sin problemas.
Tendremos que retirar el molde cuando los albaricoques ya estén bien confitados. Podéis abrir el horno cuando queráis para removerlos un poco y aseguraos que todas las partes de la fruta se estén confitando.
Cuando estén listos los sacamos del horno y pasamos a preparar la masa del pastel.
* Preparación de la masa del pastel:
En un bol mezclamos la mantequilla con el azúcar (150gr). Cuando ya estén perfectamente mezclados (textura de mantequilla), añadimos los huevos uno a uno. Cuando tengamos una masa homogénea incorporamos el licor. Finalmente, añadimos la harina que previamente habremos mezclado con la levadura. La harina no la podemos añadir con la batidora sino que la incorporamos con la espumadera con cuidado de no castigar mucho la masa. Cuando veamos que la harina se esconde en la masa, dejamos de mezclar.
Vertemos la masa encima de los albaricoques y colocamos el molde en el horno, 35 minutos a 180ºC.
Cuando esté cocido tendremos que esperar hasta que se enfríe para desmoldarlo.
Si lo vais a servir enseguida lo podéis desmoldar girando el molde de tal modo que la parte que antes estaba encima quede debajo y los albaricoques confitados por encima. Si estos se quedan en el molde los podéis repartir por encima con la ayuda de una cuchara.
En mi caso, como no nos lo íbamos a comer todo a la vez, lo he dejado dentro del molde de plum-cake sin girar y voy cortado trocito a trocito en el momento de servirlo.
A la receta debo añadirle una segunda parte pues este lunes probé de hacerla en un molde redondo y tengo que decir que el resultado es mucho mejor.