Las semillas oleaginosas como las almendras, las nueces o las avellanas contienen infinidad de propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Pero para aprovechar al máximo sus bondades nutricionales es esencial remojar estas semillas y frutos secos antes de comerlos. Esta práctica, que a menudo se pasa por alto, maximiza su valor nutritivo y facilita su digestión. A continuación, te explicamos la importancia de este paso y cómo puedes incorporarlo fácilmente a tu rutina.