El otro día mi amiga Elena nos deleitó con un bizcocho salado delicioso. Es una receta típica de Niza (Francia) y sus alrededores. Aquí os la dejo para que podamos disfrutarla todos:
Se enciende horno a 200º para que se vaya calentando. La masa tarda muy poco en hacerse y así se calienta mientras tanto. Se mezclan en un gran bol 250 g de harina y 1 sobre de levadura dejando un hueco en el medio. Se aprovecha ese hueco para poner 3 huevos y con unas varillas se mezcla todo de manera que los huevos vayan cogiendo la harina que necesiten de su alrededor hasta formar una pasta densa.
Se añaden entonces poco a poco 10 cl de vino blanco y otros 10 cl de aceite de oliva virgen y se remueve bien de modo que quede una pasta espesita sin grumos. Se trocean 150 g de aceitunas verdes (con o sin relleno, a gusto del consumidor), 150 g de queso gruyère (como el queso que se usa para pizza y también se puede añadir algo de queso azul o emmental), 100 g de jamón de york (opcional) y 1 puñadito de avellanas y se añade a la masa.
Se coge una fuente alargada y profunda para horno y se forra el interior de aceite para luego sacar mejor el pastel y que no se pegue. Se echa la masa dentro y se deja en el horno durante 45 minutos.