En una cazuela ponemos a calentar tres cucharadas de aceite. Mientras, picamos la cebolleta muy menuda y la ponemos en el aceite caliente, que se haga despacio y quede bien blanda. Picamos la carne muy menuda y reservamos. Cuando la cebolla esté en su punto añadimos la mantequilla, la harina y el perejil picado.
Revolvemos muy bien, con cuidado de que no se queme la harina. Vamos poniendo la leche poco a poco sin dejar de revolver. Cuando tengamos la bechamel casi hecha, unos 10 minutos, añadimos los trocitos de carne y una pizca de sal. Seguimos revolviendo otros 10 minutos.
Los tiempos son orientativos, depende mucho de la cazuela, el tipo de harina, la leche... lo mejor es revolver y añadir la leche despacio, como mínimo 20 minutos para que quede bien cocida la bechamel. Si la trabajáis mas, queda mas suave.
Colocamos la mezcla en una fuente y dejamos que se enfrie. Cuando esté fría la dejamos en la nevera tapada con un film transparente. Aconsejar hacer esto el día antes para que cuando vayamos a dar forma a las croquetas la masa esté bien dura. Así la manejaremos mejor.