Verter en la cubeta de la panificadora la levadura disuelta en la leche tibia, el puré de calabaza, la mantequilla, el azúcar y la harina. Seleccionar el programa de amasado (en la mía es el número 7 y dura 15 minutos). Pincelar el interior de un bol con aceite de girasol y reservar. Hacer una bola con la masa resultante, colocar en el bol, tapar con un paño y dejar reposar en un lugar fuera de corrientes (yo lo hago dentro del horno apagado) hasta que haya doblado su volumen.
Hacer bolitas con la masa, bañarlas en la mantequilla derretida y después rebozarlas en la mezcla de azúcar con jengibre y naranja. Colocarlas en el interior del molde y dejar reposar de nuevo (en el interior del horno apagado) durante 1 hora.
Sacar el molde del horno, precalentarlo a 180ºC y hornear durante 30 minutos.