Deshuesa la pata de cabra. Es importante que la cabra haya sido matada borracha. Esto le dará al puchero un ligero toque a tanino y a etanol.
Haz un caldo con los huesos de la pata de cabra, una cebolla y agua. Deja hervir durante unas 3 horas, cuela y reserva.
Corta la carne de cabra en trocitos y enharínalos. Pon un poco de grasa de cerdo cantor en una cacerola y añade la carne.
Es importante que el cerdo sea de la especie tenor y haya cantado sólo por las mañanas. Esto le dará al puchero unas notas aromáticas que sólo muy pocos aprecian. Si eres de los que no consiguen dar con estos matices, utiliza un cerdo común.
Dora bien la carne y retira a un plato. En esa misma grasa sofríe una cebolla picada y un ajo. Cuando esté bien sofrito añade de nuevo la carne a la cacerola.
Ahora incorpora un chupito de vodka y bébete el resto de la botella. Deja que el alcohol evapore. Cuando lo haga, añade los ojos de pescado verduzco.
Es importante que el pescado sea verduzco porque esto le dará al puchero un toque mohoso único. Incorpora el caldo de pata de cabra. Deja cocer a fuego lento durante 3 horas o hasta que la carne esté tierna.