Ponemos la carne picaca en un bol, al que añadimos el huevo batido, una cabeza de ajo picadita, perejil al gusto, sal y pimienta. Dejamos tapado con papel film toda la noche, en la nevera.
Al dìa siguiente formamos las albóndigas y cortamos daditos pequeños para introducirlos en cada una de ellas.
Pasamos por harina y las freimos en una sárten con un fondo de aceite de oliva. Las retiramos unas vez listas y las colocamos sobre papel absorvente para que pierdan el aceite que les sobra.
Picamos las cebollas y el ajo que nos queda, las rehogamos en una cazuela con un poquito de aceite durante unos 8 minutos. Añadimos luego una cucharada de harina y dejamos que se dore.
Seguidamente incorporamos el vino blanco y cuando se haya evoporado, vertemos agua hasta que quede una salsa no muy espesa. Removemos.
Incorporamos las albóndigas y las cocemos tapadas a fuego lento unos 15 - 20 minutos. Removiendo de vez en cuando para que no se peguen. Una vez cocidas, dejamos reposar 5 minutitos y servimos.