Plato de origen griego, cuyos ingredientes principales son las berenjenas, carne picada de cordero y una salsa de yogur, queso feta y huevos, aunque se puede hacer también con bechamel como he hecho yo esta vez.
Cortar la berenjena en rodajas, ponlas sobre un colador, espolvorea sal entre capa y capa y déjalas media hora para que salga el jugo amargo, pasado este tiempo enjuágalas con agua y sécalas. Pica finamente las cebollas, los tomates y el perejil.
En una olla con aceite caliente, frie la cebolla hasta que se dore.
Añade la carne picada, los tomates, el tomate triturado, el orégano, la canela, el perejil, salpimienta. Cuece a fuego lento 20 minutos y reserva.
Para la salsa : Derrite la mantequilla en una olla o en una sartén, como prefieras. Cuando haga espumita añade la harina, deja que se dore, vierte lentamente la leche sin dejar de remover. Yo siempre utilizo las varillas para hacer la bechamel, es lo mejor. Añade la nuez moscada, sal y pimienta. Retírala del fuego y déjala enfriar. Una vez fría añade los huevos batidos y la mitad del queso.
En cuanto a las rodajas de berenjena tienes tres opciones: o las fries en aceite caliente (y créeme, absorben mogollón de aceite), o las haces a la plancha (y reduces muuucho el aceite) o las metes al microondas. Yo las hice a la plancha, en una sartén acanalada. De acuerdo que no están tan sabrosas como fritas pero es que no me van muchos los fritos. Mi cocina y mi cuerpo lo agradecen.
Una vez que ya tienes hechas todas las rodajas de berenjenas empiezas a montar la fuente de horno. Colocas capas de berenjenas y de carne alternativamente, espolvoreadas cada capa con queso rayado. Yo hice esto: capa de berenjena, carne, queso, un poco de bechamel, berenjena, carne, queso, un poco de bechamel, y finalmente berenjena, el resto de la bechamel y el resto del queso rallado.
Lo metes al horno precalentado a 200º durante 45 minutos. Si ves que se te empieza a quemar por encima cúbrelo con papel de aluminio.