Retiramos la parte verde de las acelgas, quitamos los hilillos a las acelgas y lavamos bien. Cocemos en agua con sal durante unos 10-15 minutos, si son tiernas en 10 las tendremos, no hay que pasarse con la cocción. Escurrimos bien y reservamos. Fileteamos finamente los dos dientes de ajo y los freímos en un poco de aceite de oliva virgen que no lleguen a dorar, añadimos una ramita de romero fresco y la dejamos unos segundos, retiramos e incorporamos las pencas de acelgas, las haremos unos cinco minutos para que tomen el sabor de ese rico aceite.
Vayamos con la bechamel: Podemos utilizar un envase de salsa bechamel ya preparada, en este caso sugiero la de la marca Knorr, personalmente es la que más me gusta, o prepararla nosotros. Si optamos por hacerla casera, preparar de la siguiente forma: Me gusta hacerla con un poco de cebolla rallada, le da un sabor especial. Rayamos media cebolla pequeña, mejor una cebolleta tierna y la pochamos en una sartén con un buen chorrillo de aceite de oliva virgen, por supuesto.
Una vez pochada añadimos la harina, 2 cucharadas soperas serán suficiente y removemos bien, tostamos un poquito para quitar el sabor a harina cruda, añadimos la mitad de la leche y removemos constantemente y a fuego bajo, evitaremos los grumos, pero en el caso de que se nos hicieran, no os preocupéis le dais un golpe de batidora, vamos añadiendo la leche restante, hasta conseguir la consistencia deseada, más bien espesita pero no demasiado porque en cuanto enfría un poquito espesa, aromatizamos con un poco de nuez moscada, por descontado que la rayéis en el momento de echarla, la que está ya molida no me gusta nada, podéis ponerle un poquito de pimienta recién molida y salar.
En este caso la dejaremos un poco más ligera y no le pondremos sal hasta el final porque le añadiremos el queso a trozos pequeños, la cantidad en función de lo fuerte que os guste el sabor de la salsa, ya que estos quesos no agradan a todo el mundo, a mí me encantan. Podéis cambiar el tipo de queso, una torta de casar le ira estupendamente o un Boffard Reserva también.
Ahora solo queda montar el plato: Pondremos un aro de emplatar y rellenaremos con las pencas de acelga, dejando un dedo por debajo del aro para añadir la salsa bechamel. Introducimos al horno y ponemos el grill hasta que coja un bonito color dorado, a mi casi se me doro quizás demasiado pero como decía mi abuela no se puede estar en misa y en la procesión, ya me entendéis. Podemos decorar con un poquito de romero fresco.
La acelga es una verdura muy suave, lo cual permite acompañarla de elementos que le den vidilla, el romero en el aceite de sofreírlas ya le aporta un sabor y aroma excepcional, y es algo sencillo, la bechamel con el queso por otra parte la da cuerpo y presencia al plato además de convertirlo en un primero muy completo y saludable.