Lo importante de esta receta es la masa, porque los ingredientes que lleve encima y las cantidades variará según nuestros gustos o lo que nos apetezca en cada momento, aunque yo os quiero contar esta pizza de salami porque me encanta.
En un bol o el banco de la cocina formaremos un volcán con la mezcla de las harinas y la sal. En el mismo vaso que pesemos el agua templada añadiremos la levadura y el AOVE, removemos bien y volcamos en el centro de nuestro volcán.
Mezclamos hasta formar una masa que amasamos durante 10-15 minutos, alargando la masa y doblando sobre ella todo el rato, al final formaremos una bola (Foto 1-1) Cubrimos con un paño húmedo y dejamos trabajar a la levadura durante 1 hora (Foto 1-2).
Separamos la masa en porciones, damos forma redonda y echamos algo de harina en el banco para poder ir trabajando la masa de pizza con el rodillo, darle forma y dejarla lo más fina posible (Foto 2-1).
Una vez formada yo pongo la masa de pizza sobre papel aluminio para que sea más fácil meter la pala y llevarla al horno, ya que al ser tan fina con el peso de los ingredientes y el tamaño de la misma se hace complicado, además ayuda a aumentar el calor de la piedra y hace que se haga más la parte de abajo.
Cubrimos con los ingredientes, esta iría preparada por este orden: tomate frito, orégano, mozzarella, cebolla picada, bacon, salami, pimiento verde, orégano y chili molido (Foto 2-2).
¡Horneamos hasta que se doren los bordes y la tenemos lista para comer! Normalmente estará entre 7 y 10 minutos dependiendo del horno.