Hacer un volcán con la harina, disolver la levadura en el agua tibia e incorporar al centro del volcán junto con los demás ingredientes. Amasar con fuerza, darle forma de bola y dejarla reposar más o menos una hora cubierta con un paño.
Pasado el tiempo corté la masa en dos partes y después de quitarle un poco el aire la extendí y la puse en la bandeja del horno lista para vestirla con sus ingredientes.
Primer relleno:
Los “fiambres” pasaron por la picadora para facilitar el corte y poder repartirlo mejor por toda la superficie.
Sobre la masa el tomate frito, bien extendido. Sobre él, la albahaca picadita y un hilillo de aceite de oliva virgen extra. Reparto la lombarda y para no dejarla tan sola la acompaño con la manzana que tenía pelada y bien picadita.
Turno para los fiambres a los que cubro con una más que generosa capa de queso cheddar, no hace falta hablar inglés para reconocer que este queso da un color amarillo anaranjado espléndido. Un poquito más de albahaca picadita por encima, otro hilillo de aceite y lista para el horno.
Sobre la encimera aguarda masa suficiente para otra pizza del mismo tamaño y yo sin ingredientes con que cubrir sus vergüenzas. Por suerte no llegó a ponerse colorada porque enseguida le busqué un traje, no sabía si sería de su medida pero acerté, era su talla y para salir del paso le quedaba bastante digno.
Segundo relleno:
El resto es fácil.
Sobre el fondo el cheddar. El membrillo, picado en trocitos pequeños y bien repartido. El gorgonzola cubriendo huecos. La pera, sorteando espacios vacíos para que dejaran de serlo y las nueces, esas maravillosas nueces, colocadas estratégicamente para que todo pareciera hecho a medida. Por último ese aceite que ayudó, creo, a que su final fuera súper cremoso y sabroso.
Listas para el horno, 200º C ¿Tiempo? Cada uno sabe como funciona el de su casa.
¿Cuál estaba más rica? División de opiniones, pero las dos estaban más que comibles ¡Ah! Y estaban súper esponjosas porque las dejé preparadas y tardé 3 horas en meterlas al horno y claro la masa subió y subió…