Una de las ventajas de los revueltos es que nos permiten jugar con todo tipo de productos, y uno de los más comunes es éste, de langostinos y setas.
Por supuesto, podemos sustituir los langostinos, por gambas, o mejorarlo aún más con unos tacos de jamón serrano. Si no tenéis setas también podemos sustituirlas por champiñones, es la gran ventaja de estos platos, que vale casi todo.
En una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva y sobre éste ponemos el ajito bien picado.
Cuando coja color ponemos las setas. Salamos al gusto.
Cuando estén pochadas ponemos los langostinos. Se pueden poner enteros o cortados en trozos grandes, como queramos.
En cuanto coja color el langostino ponemos los huevos en la sartén y con ayuda de una cuchara de madera, vamos removiendo hasta que el huevo cuaje.
No hay que hacerlos demasiado para que no se pasen, por ello el fuego debe ser bajo o incluso apagado, y se harán con el propio calor residual de la sartén. Debe quedar el huevo meloso y no seco.
Por último, espolvoreamos perejil picado y emplatamos.
Ya veis la buena pinta que tiene y lo sencillo que es su elaboración.