Cortamos la cebolla en cuadritos pequeños, y las trufas las fileteamos en láminas muy finas. Reservamos una parte de las trufas para el emplatado.
Ponemos en una cazuela ancha un chorro de aceite de oliva y dos cucharadas de mantequilla y rehogamos la cebolla junto con las trufas. Cuando estén en su punto, pero sin dorar, añadimos el vino blanco, dejamos que se cocine y seguidamente el agua. Lo dejamos cocer todo junto, destapado. Lo salamos un poco.
Mientras hacemos esto, en otra cazuela cocemos la pasta, según los tiempos que indique el fabricante, pero dejando dos minutos menos. Si indica por ejemplo 6 minutos, lo cocemos 4. Esto es por que en el último paso se nos acabará de cocinar.
Último paso: Escurrimos la pasta y la incorporamos a la cazuela con la salsa. lo dejamos cocer todo junto durante unos 4 minutos, para que se integren los sabores y la pasta se termine de cocinar..
Servimos directamente al plato, y rematamos con la trufa fileteada reservada al inicio.