Empezamos cociendo la morcilla, la manera que me parece más fácil es colocandola en una sartén con un chorrito de agua y la tapamos dejándola cocer a fuego medio alto por unos 15 minutos, podemos ir dando vueltas cada 5 minutos para que no se queme por un lado.
Cuando esté lista, pasamos a cortarla en rodajas uniformes, deberían salir unas 6 rodajas.Seguidamente cortamos el pan con ayuda de un aro de cocina para darle una forma de círculo y luego untamos mermelada de tomate, encima colocamos una loncha de queso fresco y encima 2 rodajas de morcilla bien cocida.
El toque mágico de esta tapa lo he hecho al rocearle un poquito de aceite de trufas negras por encima, maravilloso!...Si no tiene aceite de trufa utiliza un poco de aceite de oliva extra virgen. Servir y Disfrutar!!!