Mezclamos todos estos ingredientes y dejamos reposar 20 minutos. Mezclamos todos los ingredientes de la masa con la esponja que habremos preparado previamente. Si no teneis ni lo uno ni lo otro pues en un bol, mezclais bien todos los ingredientes y dejais levar en un sitio templado, tapado y fuera de las corrientes hasta que doble el tamaño.
Una vez que ha leudado, lo pasais a una superficie de trabajo enharinada, boleamos para desgasificar, dejamos reposar 10 minutos y amasais al tiempo que le vais añadiendo un poco de harina espolvoreada para trabajar mejor la masa. Cuando la masa se despega fácilmente de la mesa la trabajais unos minutos más amasando y ya estará lista. Queda una masa muy elástica, pero hasta llegar a este punto es bastante pegajosa.
Poneis la masa sobre papel de horno para luego pasarla mejor a la bandeja y estirais con el rodillo enharinado mientras le dais forma rectangular. Cuando la tengais extendida con un cuchillo le dais forma de rectángulo recortando los bordes. Con esos recortes podeis darle forma redondeada y hacer un rico bollito. Ponemos en el medio la confitura de cebolla. Utilizar la de la marca Hero porque es como una mermelada y está muy rica. Encima vamos poniendo las rodajas de morcilla patatera pelada pero cruda.
Ponemos encima la pera pelada, descorazonada y cortada en lonchitas. Con el relleno ya listo, ponemos la solapa superior encima y luego vamos llevando las tiras hacia dentro y montandonlas formando la trenza. Al final tiene que quedar algo asi. Dejamos levar nuevamente hasta que vuelva a doblar casi de tamaño. Ahora en invierno cuesta de que leven estas masas, pero el proceso se acelera si lo introducís en el horno precalentado a 30º. Hay que asegurarse que la temperatura no es superior porque la levadura muere a los 37º y no nos subiría. Una vez levada, la pintamos de huevo batido e introducimos en el horno precalentado a 180º durante unos 20-25 minutos hasta que la veamos doradita.
Mientras tanto con el resto de la masa la dividimos en porciones de unos 50 grs. aproximadamente, boleamos y los vamos poniendo en una bandeja de horno bastante separados porque luego crecen casi el doble. Estos bollitos están de muerte un poco tostaditos o tal cual con mantequilla y mermelada o con jamón y queso, cualquier otro embutido o combinación salada.
Cuando han leudado, los pintamos de huevo batido y horneamos a 180º durante unos 20-25 minutos hasta que los veamos doraditos y aquí están los resultados, los bollitos riquisimos y la trenza para morirse de gustito.