Si vamos a hacer el dulce en el horno, lo precalentamos ya a 180 grados. Comenzamos fundiendo en un cacito y a fuego muy bajo la margarina con el jarabe de remolacha, salvo una cucharadita que reservaremos. Cuando esté fundida la margarina añadiremos el azúcar y removeremos hasta que se haya disuelto, máximo un minuto y siempre a fuego muy bajo.
Después traspasamos este jarabe a un bol mediano y añadimos los copos de avena. Con una espátula mezclamos bien hasta que no se vea ningún copo seco. Como no hay mucha cantidad de jarabe, no quedarán muy empapados, pero sí húmedos.Después le añadimos la manzana sin pelar y cortada a taquitos y las ciruelas secas también cortaditas.
Añadimos las dos claras de huevo previamente batidas si queremos (yo no lo he hecho) y mezclamos bien; aquí os aconsejo meter mano para que quede todo bien repartido.
Forramos nuestro molde de horno o bien nuestra cubeta de panificadora con papel de hornear, que no necesitaremos engrasar. Transferimos con cuidado la mezcla y regamos con una cucharadita de jarabe de remolacha o similar, bien repartido. Procuraremos que el jarabe no llegue a los bordes, ya que de por sí tiende a extenderse ya.
Horneamos el pastel durante unos 30 minutos; en panificadora entre 40 y 50, hasta que los bordes estén bien dorados:
Lo dejamos dentro de la cubeta, sacada ésta de la máquina, durante unos diez minutos. Desmoldamos ayudándonos con el papel de hornear, que cogeremos por los bordes. y ya lo podemos cortar con cuidado.