Primer paso, lavamos los tomatitos, los secamos, y ponemos a toda la familia a insertar un palillo largo en cada uno. Lo clavamos en el puntito del tallo, sin que llegue a atravesar el tomate.
Después tenemos que hacer el caramelo.Ponemos 10 cucharadas colmadas de azúcar y 3 de agua en un bol, y lo metemos en el microondas a máxima potencia. No le quitamos ojo.
Lo sacamos, y con mucho cuidado, bañamos los tomates en el caramelo. Hay que hacerlo uno a uno, con mucho cuidado de que no nos gotee en la mano. Antes de que se seque, le colocamos unas escamas de sal en la parte de arriba.
Lo colocamos en el vaso donde vayamos a servir, con cuidado de que no se peguen unos a otros. Es algo laborioso de hacer, pero el resultado merece mucho la pena. Además de lo ricos que están, decoran la mesa, ya que podemos poner la sal de colores a juego con la decoración de la misma.