Disponer las galletas en una bolsa de plástico y golpear con el mazo del mortero hasta triturarlas (así no quedan tan trituradas como en un robot de cocina). Derretir la mantequilla. En una fuente mezclar todos los ingredientes.
LLenar la base de un molde untado con aceite con la mezcla de galletas e ir apretujándola con la base de un vaso para que nos quede una crosta muy compacta.
Verter la crema de leche en un cazo y añadir el agar-agar en frío. LLevar a ebullición asegurándose de que el agar-agar se disuelve perfectamente. Apagar el fuego y añadir las hojas de albahaca y dejar infusionar unos 3 minutos. Colar.
Mezclar la crema de leche infusionada y con el agar-agar, con el azúcar y el queso crema y verter encima del molde de galletas. Dejar enfriar en la nevera un mínimo de 4 horas.
Desmoldar.Cortar las fresas a láminas o en mitades y macerarlas 5 minutos en el licor de cassis. Decorar la superficie del pastel con las fresas cortadas y alguna hoja de albahaca.