Se bate la clara a punto de nieve y se reserva. Ponemos en el vaso de la batidora el queso de las dos tarrinas y 4 o 5 rodajitas y batimos hasta que todo se haya mezclado convenientemente, Volcamos en un cuenco y le agregamos la clara batida a punto de nieve.
Ya sabéis, con movimientos envolventes para que quede con ese punto de esponjosidad que buscamos. Después se van rellenando los vasitos. Se decora con remolacha y cebollino picadito.
Para darle ese toque de salsa roja que veis por encima de la mezcla no hice otra cosa que coger una cucharada (de tamaño café) del líquido en el que viene envasado la remolacha y que es totalmente rojo y se lo eché por encima, es opcional, claro, a mí me gustó como quedo y en el sabor no influye para nada porque es una insignificancia pero le da realce a la mezcla.
Poner en una ocasión de primero, así, solo, porque me pareció que el queso es lo suficientemente denso y porque el segundo plato que tenía previsto poner era consistente. De todas formas también se me ocurre preparar una ensalada y poner el minivasito en una esquina del plato y rodearlo de la ensalada. Ya sabéis, la imaginación y las necesidades son bazas que han de jugar a nuestro favor.