Lo primero que haremos será poner las láminas de gelatina a remojo en un recipiente con agua fría.
Después, separamos la clara y la yema de un huevo. Reservaremos la yema para más adelante.
A continuación, con la ayuda de unas varillas eléctricas empezaremos a montar la clara a punto de nieve. Si no tenéis unas varillas eléctricas, no os preocupéis, podéis montar la clara con unas varillas manuales perfectamente. Para saber si está bien montada la clara, le dais la vuelta al bol y si no se caen es que está perfecta.
Ahora vamos a montar la nata, para ello, añadimos la nata en un bol y empezamos a montar con la ayuda de unas varillas eléctricas.
Ahora cogemos la yema de huevo que teníamos reservada, añadimos el azúcar, y empezamos a batir hasta que duplique o triplique su volumen.
Después, añadimos la leche a un cazo y la calentamos a fuego bajo, una vez que se ha calentado, escurrimos bien el agua de la gelatina y la añadimos a la leche para que se disuelva. Después añadimos el turrón y dejamos que se vaya derritiendo, vamos removiendo la mezcla de vez en cuando.
Una vez que se ha derretido el turrón, apartamos del fuego y dejamos que baje un poco la temperatura, después añadimos la mezcla de la yema y el azúcar y mezclamos.
A continuación, vamos incorporando la nata montada poco a poco y la mezclamos con movimientos envolventes.
Por último, añadimos la clara montada y mezclamos también con movimientos envolventes.
Ya solo falta añadir la mousse en un vaso y dejar que se enfríe en la nevera 4 o 5 horas, y si es de un día para otro pues mejor.