Para el bizcocho genovés: Se montan los huevos con el azúcar hasta que blanqueen y doblen su volumen, aproximadamente 15 minutos. (En Thermomix, con mariposa, 6 minutos a 37º en vel. 3 y 1/2. Luego, otros 6 minutos a la misma velocidad pero sin temperatura). Se añade la harina, tamizada, y el extracto de vainilla y se mezcla muy suavemente. (En Thermomix, 4 segundos en vel. 3). Se vierte en un molde engrasado y se hornea a 160º-180º durante 25 minutos, según si vuestro horno es o no de aire. Como éste es un bizcocho muy delicado, conviene no sacarlo del horno bruscamente, para que conserve el tipo y no encoja. Hay que hacerlo despacio y con suavidad, sin exponerlo a un cambio brusco de temperatura ni someterlo a ningún golpe.
Para el almíbar de Kirsch: Se lleva a ebullición el agua con el azúcar y el licor, y se deja hervir un par de minutos. (En Thermomix, 7 minutos, 100º, vel. 2).
Para el relleno: Se mezcla la leche condensada con el coco. Se deshuesan las cerezas.
Para decorar: Se funde el chocolate blanco y se bañan las cerezas en él. Se dejan secar sobre papel vegetal.
Montaje de la tarta: Se corta el bizcocho por la mitad. Se empapa de almíbar la mitad inferior, y se pone sobre ésta la mezcla de leche condensada y coco, y encima las cerezas. Se cubre con la otra capa de bizcocho, y se empapa con el almíbar restante. Se cubre la superficie con coco rallado y se colocan sobre ella las cerezas recubiertas de chocolate. Finalmente, se colocan los Fingers de Cadbury alrededor de toda la tarta. Si habéis llevado el relleno hasta los bordes, los Fingers se quedarán pegados al relleno y, por tanto, a la tarta. Si no, con ayuda de un pincel, podéis pintar los bordes con un poco de leche condensada, que hará de pegamento para los Fingers.