Comenzamos preparando una crema muy fina batiendo el requesón con el azúcar. En ella incorporamos las ralladuras y el zumo de la naranja y el limón.
En un cazo aparte fundimos la mantequilla. Añadimos la leche y la sémola junto a una pizca de sal. Cocemos cinco minutos sin dejar de remover.
Vertemos la mezcla anterior en la crema de requesón. Añadimos las yemas y los huevos y aromatizamos con la vainilla y el agua de azahar. Pasamos todo con la batidora hasta que tengamos una crema fina.
Solo queda hornear la masa que tendremos en un molde untado con mantequilla y enharinado. Horneamos sobre unos 60 minutos a 180º.
Una vez frío espolvoreamos con azúcar. Nosotros la hemos tostado para darle un toque de caramelo.