Y de repente aparece, de la nada: un antojo. No hay nada en el mundo que nos apetezca más que un esponjoso bizcocho con pepitas de chocolate. Lo tenemos todo (ingredientes y antojo) así que no nos queda otra que ponernos el mandil y "manos a la obra". ¡Estupendo! tenemos la masa lista, la hemos puesto en el molde, metido en el horno… y unos minutos más tarde, un agradable e intenso olor dulzón ya invade la casa. Sólo nos queda meterle el cuchillo y disfrutarlo pero… “Oops”, frustración máxima, al hacer el primer corte nos damos cuenta de que todas las pepitas se han ido al fondo.
No te preocupes, no eres, ni mucho menos, ni el primero ni el último al que le ha pasado esto y, por suerte, hay solución. Basta con conocer ciertos trucos y astucias para evitarlo. ¿Quieres conocerlos? Te lo contamos todo! Aquí ↓
Gracias! Ya nos dirás cómo le sale la próxima vez que use pepitas en sus bizcochos. Mientras, un saludo desde las cocinas de Petitchef.