Hacer a mano uniendo los ingredientes primero con una pala de madera y luego como si trabajáramos una quebrada, al final más trabajo para mí pero el resultado fue el mismo. Dividimos en 4 partes que coloreamos con algunas gotas de colorante.
Luego envolvemos en un film por separado y a la nevera. Necesité más de una hora, pues estaban aún demasiado blandas para extenderalas y cortarlas con el molde. Las dejé hasta el otro día y entonces no hubo problemas.
Las fui sacando de una en una (de color en color), con el rodillo estiramos, cortamos con los moldes y ponemos en la placa con el papel vegetal. Os aconsejo trabajar rápido y no usar las manos para que no se caliente la masa.
En cualquier caso si queréis hacerlas echarle un vistazo a los consejos de "canecositas" y "kanela y limón" que saben más de esto que este aprendiz de pastelero.
Cuando los tengamos todos al horno a 170º hasta que los bordes estén firmes pero el centro aún blandito. A la rejilla. Las mías eran más gorditas que los botones y tardaron 14 minutos, pero hay que vigilar para que tanto trabajo no se nos estropee.