Cocemos, preferiblemente al vapor, las verduras, 15 minutos a fuego vivo. Si utilizamos menestra congelada seguiremos las indicaciones del fabricante. Es muy importante que, una vez estén blandos, se escurran muy bien. Si vamos a aprovechar verduras sobrantes de alguna guarnición, obviamos este paso.
Machacamos las verduras juntas con un tenedor hasta que quede una pasta uniforme. Reservamos en un bol. Intentad incluir verduras blanditas, la patata le viene muy bien, para que quede una pasta "agarrada". Añadimos la morcilla de arroz en crudo, retiramos la tripa y la desmenuzamos bien con las manos.
Salpimentamos muy poco, ya que el adobo de la morcilla sazonará bastante la pasta de las hamburguesas. Mezclamos todo muy bien para que los ingredientes formen una pasta homogénea.
Vamos tomando puñados grandes y formamos medallones o hamburguesas de un poco más grueso que un dedo. Si vemos que la masa está muy húmeda y nos cuesta manipularla, añadimos un poco de pan rallado y removemos. Esto ayudará a que ligue.
Tomamos cada medallón y los vamos pasando por pan rallado hasta cubrirlo bien. Los vamos colocando en una bandeja de horno engrasada con aceite de oliva. Pulverizamos un poco más de aceite por encima de cada una. Si no tenemos spray, vertemos un hilillo fino.
Calentamos el horno a 220º e introducimos la bandeja. En unos 10-15 minutos la superficie superior se habrá dorado, así que le damos la vuelta a cada medallón y volvemos a hornear el mismo tiempo para que se dore las otra cara. El tiempo es orientarivo, habrá que vigilar la preparación. Dependerá del tamaño de los medallones, el grosor.
La idea es que la costra de pan exterior quede ligeramente crujiente, y el interior suave y blando. Para ello igual es necesario programar el grill los últimos minutos. Servimos muy calientes, acompañados de alguna salsa. Listo.