Preparar la cebolla frita. En una sartén poner 60ml (unas 4 cucharadas) de aceite de oliva virgen extra y freir una cebolla pequeña (unos 120 g) picada fina. Cuando la cebolla esté tierna y muy dorada apartar del fuego, escurrir en un colador y reservar. El aceite puede volver a utilizarse y la cebolla puede guardarse en el frigorífico varios días para ser utilizada en diferentes preparaciones.
Cocer las patatas durante unos 10 minutos. Lavar muy bien las patatas y cocerlas con la piel en abundante agua hasta que estén tiernas pero no completamente cocidas. Digamos que las queremos a medio cocer, que ya casi se podrían comer aunque las notaríamos un poco duras.
Asar las patatas. Cortar las patatas medio cocidas en rodajas de aproximadamente 1cm de grosor. Mezclar 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra junto con 1 cucharadita de aceite de sésamo, y con un pincel poner un poco de aceite sobre las rodajas de patata. Colocar las patatas en la barbacoa o el horno para que terminen de hacerse. Si se hacen en la barbacoa quedarán marcadas las rayas de la rejilla, si se hacen con el gril del horno quedaran doradas (como las de la foto)
Preparar la vinagreta. Poner 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y 1 cucharadita de mostaza junto con la sal y emulsionar. Si ha sobrado algo de la mezcla de aceites de pintar las patatas también lo añado aquí.
Montar el plato. Poner una cama de lechugas, añadir la cebolla frita, poner encima las rodajas de patatas y los lomos de ventresca de atún escurrida, espolvorear con el sésamo blanco, regar con la vinagreta, añadir un poco de sal gorda, y colocar el queso encima. Esta ensalada puede comerse templada o fría, y admite múltipleas variaciones.