El primer paso es elaborar la quinoa. Hay que lavarla muy bien antes de cocinarla en agua fría, para eliminar todo el polvillo exterior. Una vez lavada y escurrida, la ponemos en una cazuela y la calentamos unos minutos, para que se evapore el agua y se tueste ligeramente. Cuando empiece a desprender un aroma a tostado, le damos unas vueltas más y añadimos algo menos de 3 vasos de agua. La proporción normal es de 1 de quinoa y 3 de agua, pero en este caso luego le añadiremos más liquido.
Añadimos un poco de sal y cocemos a fuego medio unos 15-20 minutos, hasta que se absorba todo el agua. Una vez cocida, la quinoa se vuelve transparente. De mientras, picamos la cebolla en trozos pequeños y la ponemos a pochar en una sartén con un chorrito de aceite. Una vez bien blanda, añadimos el salmón en tacos de unos 2cm y el tomate muy picado. Salpimentamos y salteamos durante unos minutos.
Cuando esté hecho el salmón y cocida la quinoa, añadimos el vino a la sartén. Enseguida incorporamos la quinoa y removemos bien. Seguimos cocinando unos minutos a fuego algo fuerte hasta que se absorba y reduzca todo el líquido.
Retiramos del fuego y añadimos la leche, removiendo hasta que se mezcle bien. Servimos bien caliente y colocamos unas rodajas de queso brie sobre cada plato. La mezcla del queso derretido con la quinoa y el salmón es espectacular.