Cortamos en porciones el queso en caso de que no esté cortado como el mío y ponemos en una sartén abundante aceite de oliva a calentar.
Batimos el huevo y le ponemos un poco de sal, y vamos pasando las porciones de queso por el huevo y después por el pan rallado.
En otra sartén vamos a caramelizar la cebolla; esta receta la publiqué recientemente en el blog, pero es tan sencilla como trocear la cebolla, pocharla con un poco de aceite de oliva y cuando esté pochada le añadimos paulatinamente el azúcar moreno y removiéndolo hasta que se vuelva líquido, el azúcar, pero sin quemarse; y una vez lista la cebolla la reservamos.
Cuando tengamos el aceite de oliva bien caliente, vamos a freir el queso; eso sí, con cuidado ya que se va a hacer en muy poco tiempoy tenemos que estar atentos para darle la vuelta en caso de que el aceite no lo cubra en su totalidad. En caso de que veamos que la porción de queso va perdiendo altura es porque se está fundiendo el interior y posiblemente se salga, así que con cuidado hay que sacarlo del aceite.
En poco más de 3 minutos tendremos listar este rico plato para degustarlo; ahora sólo quedaría emplatarlo y ahí es donde entra la creatividad e imaginación de cada uno, así que eso lo dejo en vuestras manos.