Cocemos las patatas hasta que al pincharlas con un tenedor o un palillo no ofrezcan mucha resistencia. Las escurrimos, dejamos enfriar unos minutos y las pelamos. Podemos aplastarlas con un tenedor, incluso con la batidora, pero a mi me gusta más con el pasapuré.
Cuando las tengamos aplastadas, aún calientes, añadimos la mantequilla para que se funda con el propio calor. También podemos añadirle aquí un poco de queso o unas hierbas o especias, como tomillo, o pimienta.
Por último, añadimos leche hasta conseguir la consistencia que más nos guste. En mi casa siempre se ha hecho bastante líquido, pero en este caso yo lo quería algo denso, para que sujetara a las carrilleras, y fue suficiente con un 1/4 de vaso aproximadamente.
Carrilleras de cordero Cascajares sobre puré de patata. Abrimos la lata y con cuidado separamos las carrilleras y su salsa de la grasa de pato, que es blanca y más sólida, con lo que la distinguiremos bien. Esta última la desechamos.
Colocamos las carrilleras y la salsa en una fuente de horno y las calentamos el tiempo que indica en el envase (lo siento, las probé hace tiempo y no lo recuerdo). Mientras, con un aro, vamos colocando el puré de patata en los platos, que quede bien prieto, para que se mantenga.
Colocamos las carrilleras sobre el puré y su salsa sobre ellas, y damos un último golpe de horno de unos 5 minutos, para que termine de soltar la salsa y la patata coja sabor.