Empezaremos haciendo las tortas de gazpacho que es lo más laborioso. En un bol pondremos el vaso de agua lleno y la sal y a continuación echaremos la harina en dos o tres veces hasta que veamos que no se nos pega en las manos.
No preocuparos si no sabéis si está la masa en su punto porque cuando vayamos a estirarla con el rodillo le podemos añadir la harina hasta que la estiremos bien y no se nos pegue en el rodillo. Necesitamos una crepera o una plancha lo más plana posible para cocer la torta.
No os lo he dicho pero la torta también se puede comprar hecha, por si no tenéis tiempo para hacerla. Calentamos la crepera y estiramos una bolita de masa con el rodillo fina y la ponemos en la crepera unos 2 minutos por cada lado. Continuamos con este proceso hasta que se nos acabe la masa.
Una vez sacadas de la sartén las tortas se desmenuzan a pellizcos y se dejan unas enteras para poner debajo en el plato.Una vez hechas las tortas pasamos a preparar el caldo. Calentamos 2 dedos de aceite de oliva en una olla onda y añadimos la hoja de laurel, los clavillos y la carne salpimentada.
Freímos bien la carne y cuando esté dorada la sacamos entonces ponemos a freír la cebolla picada, el ajo y los pimientos cortados a trocitos. Mezclamos todo de nuevo con la carne y ponemos el tomate rallado damos unas vueltas añadimos la pastilla de caldo de carne. LLenamos de agua la olla y cuando empiece a hervir lo dejamos 30 minutos.
Cuando haya pasado ese tiempo se le añade un sobre de gazpachero y las tortas desmenuzadas y sin dejar de mover porque se pegan por bajo con facilidad ( pasar un cuchara de madera por el fondo rascando para que no se agarre) cocer unos 12-15 minutos.
Apagar y dejar reposar otros 10 minutos. Sirve con una torta debajo. En casa nos dejamos la torta del plato para comerla al final con un chorrito de miel por encima y está deliciosa probadlo y me contáis.