En primer lugar, hay que decirle al pescadero que nos prepare una lubina para cocinarla a la espalda. La abrirá al medio, dejando la espina en un lado y la cabeza partida a la mitad.
Le echamos un poquito de sal y colocamos la lubina con una gotita de aceite a la plancha o en una sartén antiadherente, siempre con la piel hacia arriba. Damos la vuelta. Lo dejamos muy brevemente en el fuego, se hace rápido.
Entretanto, sofreímos en aceite, 7 u 8 dientes de ajo fileteados en láminas y 1 guindilla cortada en trozos o entera. Cuando los ajos estén tomando color dorado, añadimos un chorrito de vino blanco y perejil o cilantro picado.
Mezclamos para emulsionar a fuego bajo un par de minutos. Volcamos sobre el pescado.
Finalmente acompañamos la lubina con las patatas al vapor y con rodajas de limón.