Cocemos la pasta en abundante agua con sal. Cuando esté al dente la escurrimos, aunque es importante que no queden muy secos.
Picamos la piel del limón que hemos pelado con el pelapatatas. Picamos muy fino, lo prefiero al rallado aunque nos dé más trabajo. Exprimimos el zumo del limón y de medio más.
En una sartén rehogamos con la mantequilla la ralladura dos minutos, luego añadimos el zumo. Salpimentamos. Agregamos el parmesano y , por último, la nata.
La salsa debe estar caliente aunque no debe cocer. Con ella condimentaremos nuestra pasta.
Yo había aumentado la cantidad de limón, originalmente solo era el zumo de un limón, pero se puede optar por mantener estas cantidades y poner una jarrita con zumo de limón en la mesa para quien quiera ponerse, a su gusto, un chorrito.