Pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos finamente, primero a rodajas anchas y luego cada rodaja se corta en partes de unos 2 milímetros. Cortamos la cebolla en 4 cuartos y cada cuarto en juliana y el pimiento lo partimos por la mitad y cada mitad se corta en tiras finas.
Calentamos una sartén con abundante aceite de oliva, cuando esté caliente echamos las patatas, la cebolla y el pimiento. Freímos a fuego medio/suave hasta que las patatas queden doradas (1 hora) y justo antes de retirarlas subimos el fuego para que se queden más crujientes (2 minutos).
Mientras batimos los huevos y le echamos sal al gusto. Sacamos la mezcla de patata, cebolla y pimiento de la sartén y lo mezclamos en el huevo.
Volcamos sobre una sartén antiadherente la mezcla del huevo. Con una espátula vamos moviendo ya que al ser gruesa puede quedar demasiado hecho el huevo que toca directamente la sartén y no lo que queda por encima. En casa nos gusta que quede jugosa por lo que en cuanto esta 2 minutos haciéndose le doy la vuelta y la tengo otros 2 minutos aproximadamente.