Consumir una copa de vino todos los días puede parecer un hábito inofensivo y hasta beneficioso, ya que se asocia con propiedades positivas para el corazón, en especial por los antioxidantes del vino tinto. Sin embargo, este hábito diario puede no ser tan inofensivo como parece.
Investigaciones han mostrado que incluso un consumo moderado y regular de alcohol puede tener efectos negativos a largo plazo. El riesgo de enfermedades como el cáncer aumenta incluso con dosis pequeñas y constantes.
Además, el consumo diario puede llevar a una dependencia gradual. No se trata solo de la cantidad de alcohol ingerido, sino de la frecuencia con la que se consume. Mientras que un consumo moderado puede ofrecer algunos beneficios, esto varía según el contexto y la persona.
Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol durante el fin de semana, a menudo en forma de "borrachera", tiene efectos inmediatos y a menudo graves en el organismo. Un consumo excesivo en un corto espacio de tiempo puede causar graves daños en el hígado, el corazón y el cerebro. La famosa resaca del día siguiente es sólo una pequeña parte de las consecuencias.
Beber en exceso también aumenta el riesgo de accidentes, comportamientos peligrosos y violencia. A largo plazo, el hábito puede acarrear graves problemas de salud, como hipertensión, cardiopatías y trastornos mentales.
A diferencia del consumo diario moderado, el efecto de choque de una gran cantidad de alcohol suele tener consecuencias más visibles e inmediatas, pero también puede parecer más fácil de controlar, ya que se concentra en unos pocos días.
Entonces, ¿es más peligroso beber una copa diaria o consumir mucho alcohol de golpe?