Si te ponen delante una crema catalana y una crème brûlée, es probable que, a priori, te parezcan la misma cosa. Pero, ¿se trata del mismo postre con distinto nombre? En absoluto. Es cierto que ambos son cremas de textura suave y sedosa, con una característica capa crujiente de azúcar caramelizado en la parte superior. Sin embargo, aunque comparten varias similitudes, también tienen un origen, ingredientes y técnicas de preparación diferentes, lo que les otorga una identidad única dentro de la repostería europea. ¿Te gustaría conocer sus diferencias? ¡Vamos a ello!