¿Por qué no hay que empezar una dieta en enero? Desmitificar los propósitos de Año Nuevo

El comienzo de un nuevo año está marcado por un deseo generalizado de cambio y renovación, a menudo traducido en promesas de una vida más sana. Hacer dieta, en este contexto, se convierte en uno de los propósitos más comunes, siendo enero el mes elegido por muchos para dar el pistoletazo de salida. Pero, ¿es lo mejor? En este artículo, desmitificaremos la idea de empezar una dieta en enero y exploraremos por qué puede no ser la estrategia más eficaz para alcanzar tus objetivos de salud a largo plazo...
El problema de los propósitos de Año Nuevo
- Presión y expectativas: La presión por cambiar de hábitos rápidamente y la expectativa de resultados inmediatos pueden generar frustración y llevar al abandono de la dieta.
- Restricciones excesivas: Muchas de las dietas que se comienzan en enero son extremadamente restrictivas. Esta privación excesiva puede poner en peligro su continuidad a largo plazo.
- Falta de planificación: La mayoría de la gente no planifica su dieta con antelación, lo que aumenta las posibilidades de fracaso y recaída.
- Centrarse en el peso: Hacer demasiado hincapié en la pérdida de peso puede llevar a una visión distorsionada de la salud y el bienestar.
¿Por qué enero no es el mejor mes para empezar una dieta?
- Fiestas y excesos: Tras las fiestas de fin de año, el organismo puede estar más sensible y necesitar un periodo de adaptación.
- Clima: En muchos lugares, el invierno puede dificultar la práctica de actividades físicas al aire libre, lo que puede repercutir en el cumplimiento de la dieta.
- Ansiedad social: Los acontecimientos sociales y las reuniones familiares pueden sabotear los esfuerzos por mantener una dieta sana.
Un propósito más realista
En lugar de ceñirte a una fecha concreta para empezar una dieta, es más eficaz adoptar un enfoque gradual y personalizado.
- Establece objetivos realistas: Fíjate objetivos claros y alcanzables, centrados en hábitos saludables y no sólo en la pérdida de peso.
- Elabora un plan: Haz un plan de alimentación equilibrado.
- Busca apoyo: Recurre a la ayuda de nutricionista o de un profesional en la materia para personalizar tu plan de alimentación y recibir la orientación adecuada.
- Ten paciencia: Cambiar de hábitos lleva su tiempo. Celebra tus pequeñas victorias y no te culpes por los tropiezos.
De modo que:
Empezar una dieta en enero puede no ser la mejor estrategia para alcanzar tus objetivos de salud a largo plazo. Si adoptas un enfoque más gradual y personalizado, aumentarás tus posibilidades de éxito y tendrás una relación más sana con la comida.
Lo más importante es encontrar un estilo de alimentación que puedas mantener a largo plazo y que te haga sentir bien.
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