Aplastar con un tenedor el mango descongelado, procurando que no se haga puré del todo.
Introducir en un bol todos los ingredientes (no hay que montar la nata), y remover muy bien para que los ingredientes se integren y no queden bolas de jengibre en polvo.
Introducir en la heladera y poner en marcha el tiempo indicado en las instrucciones, volcar en un recipiente e introducir en el congelador para que coja un poco más de consistencia.
Si no tenéis heladera, introducir en un recipiente no muy alto, y a ser posible de metal, en el congelador, e ir removiendo con un batidor de varillas cada 20 min, hasta que esté listo.