Yo usé margarina, así que la calenté igual en un cazo y separé un poco la parte sólida que iba apareciendo, pero por miedo a que no fuera igual por que no encontré información en internet, no la tosté mucho.
Pon a precalentar el horno a 190ºC. En un bol añade las claras de huevo y bátelas bien, aunque no tienes que llegar a punto de nieve ni montarlas, solo han de estar bien batidas para que estén fluidas y homogéneas. En otro bol añade el azúcar glass, la harina y la almendra molida y remueve todo. Vierte las claras encima y mézclalo con cuidado. Si se ha enfriado la mantequilla fundida, también deberás añadirla y seguir mezclando.
Prepara los papeles o engrasa los moldes y llénalos hasta llegar a los 3/4 de la altura. Si los quieres hacer con un poco de mermelada, añade una cucharadita generosa en el centro. Mételos en el horno unos 25 min. hasta que se doren y déjalos sobre una rejilla para que se enfríen. Bon Appétit!!
Como curiosidad, que he aprendido gracias a Whole Kitchen, estos pastelitos se inventaron en una pastelería francesa llamada Lasne, para que los banqueros no se ensuciaran las manitas cuando se comieran un dulce jeje. Aunque parece que su primer nombre era visitandine, debido a que los preparaban las Hermanas de la Orden de la Visitación, y tenían una forma ovalada ¿Y por que ahora se hacen alargados? Pues por que los suizos, muy listos ellos, adaptaron la receta, los empezaron a hacer en forma de lingotes y les cambiaron el nombre a financiers. Yo, sin querer y como no tenía moldes, me han quedado con una mezcla de las dos formas, así no me peleo con ninguno jeje.