Precalentar el horno a 175º Engrasar con aceite o mantequilla el molde.Tamizar la harina, maizena, polvo de hornear y sal. Reservar.
Mezclar el café caliente con el cacao en polvo y batir hasta que no queden grumos. Dejar enfriar.
Batir con la pala en forma de K la mantequilla y el azúcar hasta conseguir una mezcla esponjosa. Añadir los huevos uno a uno a velocidad baja (no añadir el siguiente hasta que quede totalmente integrado el anterior).
Añadir un tercio de la harina (seguimos a velocidad baja y dejamos que se integre bien).
Añadir la mitad de la mezcla de chocolate con café y continuar alternando con harina hasta que hayamos terminado. Poner la masa en el molde y hornear unos 65-70 minutos aproximadamente (pinchar con un palillo para comprobar que este seco y así sabremos que ya está hecho).
Dejar enfriar en una rejilla durante 10 minutos. Desmoldar con mucho cuidado ya que el pastel es muy blandito y puede trocearse fácilmente. Una vez lo tengamos fuera lo dejamos enfriar totalmente en la rejilla.
Lo envolvemos con papel film y lo dejamos un día en la nevera para que asiente la miga. Dividimos el bizcocho en dos asegurándonos de que quede uniforme y quitando las imperfecciones.
Montamos la nata y añadimos el azúcar y el café hasta que quede una masa perfectamente mezclada para hacer el relleno y la cobertura.
Aplicaremos una capa de cobertura por en medio y posteriormente por todo el bizcocho y lo dejaremos enfriar de nuevo en la nevera unos 30 minutos.
Pasado este tiempo aplicaremos de nuevo otra capa de cobertura y la terminaremos de decorar. En este caso he añadido los restos de bizcocho (que tenía de partirlo por la mitad y sacarle las imperfecciones) picaditos por todo el pastel, pero también se puede dejar la cobertura y adornarlo con conguitos, m&m o granos de café... a vuestro gusto.
Genial ya me dirás, a ver que tal...