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Aditivos alimentarios peligrosos: descubre cuáles pueden afectar gravemente tu salud
Aditivos alimentarios peligrosos: descubre cuáles pueden afectar gravemente tu salud
jueves 24 octubre 2024 10:10
Karsten Winegeart en Unplash
En la actualidad, la industria alimentaria utiliza una gran cantidad de aditivos para mejorar la conservación, el sabor, textura o la apariencia de los productos. Sin embargo, existe gran controversia sobre la seguridad para la salud de algunos de estos ingredientes. Muchos de los conservantes que se añaden a los alimentos son inofensivos, pero otros que han sido vinculados a enfermedades graves como el cáncer, problemas digestivos y trastornos hormonales. Las agencias de seguridad alimentaria, como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), regulan su uso, pero el debate sobre algunos compuestos sigue vigente. En este artículo exploramos los conservantes y aditivos más perjudiciales y nocivos para nuestra salud presentes, en muchas ocasiones, en nuestra comida. En este artículo enumeraremos los aditivos más tóxicos y los nefastos efectos que podrían causar en nuestra salud.
E-249 (Nitrito de potasio) y E-250 (Nitrito de sodio)
Estos conservantes se utilizan en carnes procesadas como embutidos y comidas congeladas para prevenir el crecimiento bacteriano y mejorar la apariencia del producto. Sin embargo, al cocinar estos productos a altas temperaturas, los nitritos pueden formar nitrosaminas, compuestos relacionados con un mayor riesgo de cáncer de esófago, colorrectal y gástrico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre el uso excesivo de estos aditivos, lo que ha llevado a que algunas regulaciones alimentarias limiten su presencia en los productos.
E-320 (Butilhidroxianisol - BHA)
Este antioxidante se utiliza para evitar que las grasas se oxiden y se enrancien. Se encuentra en alimentos procesados como polvorones y sopas preparadas. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado el BHA como un posible cancerígeno en humanos, basándose en estudios en animales que han mostrado un aumento en el riesgo de tumores. Además, el BHA actúa como un disruptor hormonal, afectando el sistema endocrino y las funciones metabólicas.
E-407 (Carragenanos)
Este espesante, derivado de algas rojas, se utiliza en lácteos y productos procesados. A pesar de su origen natural, los carragenanos se han relacionado con inflamación intestinal. Ciertos estudios en animales han sugerido que podrían aumentar el riesgo de tumores gastrointestinales.
E-211 (Benzoato de sodio)
Este conservante se encuentra en refrescos, salsas y alimentos ultraprocesados. Cuando se combina con vitamina C, puede formar benceno, una sustancia altamente cancerígena. También se ha vinculado con reacciones alérgicas en personas sensibles al ácido salicílico y con síntomas de hiperactividad en niños.
E-102 (Tartrazina) y E-110 (Amarillo anaranjado)
Estos colorantes artificiales, presentes en golosinas, postres y bebidas, pueden ocultarse bajo el código CI-19140. Se han asociado con problemas de conducta infantil, como la hiperactividad, así como reacciones alérgicas (urticaria, asma) en personas sensibles. Estudios en animales han mostrado efectos negativos a nivel hepático, renal y neurológico tras un consumo prolongado. Aunque la EFSA, Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ha revisado su seguridad, algunos países han optado por prohibir su uso debido a estos potenciales riesgos.
E-621 (Glutamato monosódico - MSG)
Este potenciador del sabor, común en snacks y alimentos procesados, es seguro para la mayoría de las personas. Sin embargo, algunos estudios han relacionado su consumo excesivo con dolores de cabeza, náuseas, síntomas que han pasado a denominarse como "síndrome del restaurante chino". Además, se ha sugerido que el Glutamato monosódico puede afectar el sistema nervioso central y alterar la sensación de saciedad, lo que podría llevar a un sobreconsumo y aumento de peso.
E-220 (Dióxido de azufre)
Utilizado como conservante en frutas deshidratadas, productos vinícolas y zumos, el dióxido de azufre puede causar reacciones alérgicas y problemas respiratorios, especialmente en personas asmáticas. Aunque en pequeñas dosis puede ser inofensivo, su consumo en exceso o en individuos sensibles podría provocar complicaciones de salud.
En resumen
El consumo de estos aditivos alimentarios puede tener efectos adversos en la salud, aunque muchos de los estudios en humanos aún están en desarrollo. Las preocupaciones planteadas han llevado a que algunos países limiten o prohíban su uso. Para reducir la exposición a estos aditivos, es aconsejable optar por alimentos frescos, de temporada y ecológicos, prestar atención a las etiquetas de los productos que compramos así como estar debidamente informados sobre los ingredientes que contienen los alimentos procesados. De esto modo, podremos tomar decisiones bien informadas y elegir la opción más saludable.
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