A menudo subestimados, los guisantes congelados son una excelente alternativa a los guisantes frescos debido a su comodidad, valor nutricional y sostenibilidad.
La congelación rápida, realizada justo después de la recolección, detiene los procesos de oxidación y conserva al máximo las propiedades nutritivas de los guisantes. Las vitaminas, minerales y fibra permanecen intactos, lo que asegura un alimento sano y nutritivo. Además, se recogen en su punto óptimo de maduración, cuando son más dulces y sabrosos.
Otra ventaja de los guisantes congelados es su comodidad: siempre están listos para usar y se mantienen bien en el congelador durante mucho tiempo sin perder sabor, color ni textura. Son ideales para preparar un aperitivo, primer plato, guarnición, plato principal o para enriquecer una sopa de manera rápida.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de cocinarlos? En este artículo exploramos las diferentes maneras de preparar guisantes congelados, analizando técnicas, tiempos y trucos para realzar su sabor y textura en cada preparación.