Cocemos la pasta en abundante agua con sal. Por cada 100 g de pasta un litro de agua y 10 g de sal.
Mientras en una sartén sofreímos la cebolla tierna en la mantequilla sin que llegue a coger color, luego añadimos la nata y queso, dejamos cocer un poco, sólo para integrar y retiramos.
En otra sartén, salteamos en el aceite los langostinos y las hojas de hierbabuena. Salpimentamos y le añadimos la salsa de queso.
Escurrimos la pasta y lo salteamos todo junto. Al plato y decorar con más hierbabuena.