Poner el azafrán en un vasito, con dos dedos de agua templada, y dejar que la tiña de su bello color. Calentar la mantequilla en una cacerola de fondo grueso y con capacidad para contener todos los ingredientes.
Introducir la carne en la cacerola y saltear. Disponer la cebolla en rodajas, y los champiñones sobre esta y remover para que todo el conjunto se empape con la mantequilla.
Bajar el fuego al mínimo, añadir el azafrán y el agua donde lo hemos dejado macerando, la pastilla de caldo y la pimienta. Mezclar.
Cubrir con una tapadera y mantener a fuego lento durante una hora como mínimo. La cebolla y los champiñones comenzarán a soltar su jugo y la carne se cocinará en ellos sin necesidad de añadir agua, en caso de que os parezca que hay poco líquido podéis añadir un poco, pero muy poco!!!, queremos que se cocine en los deliciosos jugos de cebolla, no en agua.
Al cabo de una hora, destapar y seguir cocinando una media hora más. La cebolla tiene que estar practicamente fundida en la salsa.....UMMMMMMM!!!!!:
Añadir la nata y servir sin esperar un instante!!!. En caso de que no la vayáis a consumir inmediatamente os recomiendo no agregar la nata y hacerlo solo en el momento que hayáis recalentado el plato, de otro modo se os podría cortar.