Para hacer los quinotos al whisky. Los pinchamos con un tenedor y los hervimos en abundante agua durante 5 minutos. Escurrimos y reservamos.
Preparamos almíbar con el azúcar y el agua y hervimos durante 5 minutos hasta que adquiera una consistencia de jarabe. Incorporamos los quinotos, bajamos el fuego al mínimo y dejamos al menos 45 minutos moviendo de vez en cuando para que estén bien cocidos por todas partes.
Colocamos los quinotos en un frasco y cubrimos la mitad con almibar y la otra mitad con whisky. Tapamos y dejamos al menos 3 meses en un lugar oscuro y no muy caluroso.
Para la masa comenzamos derritiendo la mantequilla y mezclando con el azúcar hasta que quede una espuma cremosa. Incorporamos poco a poco el azúcar y removemos. Añadimos también la almendra molida, la pizca de sal y la cucharada de extracto de vainilla. Introducimos el huevo batido y mezclamos bien antes de ir incorporando poco a poco la harina ya tamizada. Con ayuda de las manos mezclamos todo bien. Ponemos la masa en un cuenco envuelta en papel flim y reservamos en la nevera al menos una noche.
Al día siguiente con ayuda de un rodillo aplastamos la masa dejando un grosor de un centímetro más o menos. Rellenamos los moldes y pinchamos un poco el fondo. Horneamos llenos de legumbres para que no suba la pasta. Lo dejamos a 170 º durante 15 minutos.
Para la tarta de queso, en una olla pequeña añadimos la leche, la nata y el azúcar, mezclamos y ponemos al fuego. Incorporamos el sobre de cuajada y removemos bien. Dejamos hasta que hierva sin dejar de agitar. Apagamos y rellenamos las tartas. Metemos en la nevera y dejamos al menos dos horas para que cuaje.
Mientras, despespitamos los quinotos en almíbar y pasamos a un cuenco la piel y la pulpa. En una olla ponemos tres de las cucharadas de almíbar y whisky donde han estado los quinotos. Lo dejamos a fuego lento un par de minutos antes de añadirle la pulpa y dejamos a fuego medio durante un par de minutos más, removiendo de vez en cuando para que todo quede bien mezclado. Pasamos al vaso de la batidora y trituramos bien. Reservamos.
Para montar la tarta, sobre el queso ya cuajado ponemos un par de cucharadas de la mermelada que hemos hecho con los quinotos y esparcimos por toda la superficie. Decoramos con la ayuda de un poco de cobertura de chocolate derretido y un quinoto en almibar. Dejamos en la nevera una hora antes de servir.
Un chupito del mismo whisky con el que hemos hecho los quinotos sería el maridaje perfecto para esta fresca y rica tarta.