¿Es buena idea guardar el café en el frigorífico?

Este artículo no solo está dirigido a los apasionados del café (que también), sino a todos aquellos que no pueden empezar el día sin esa maravillosa experiencia revitalizante que nos ofrece una buena dosis de cafeína cada mañana. Si disfrutas de los matices y aromas de esta bebida, seguramente sabes que no basta con gastar un dineral en un buen café de especialidad; también es esencial conservarlo correctamente.
¿Te has preguntado alguna vez si almacenas tu café de la manera adecuada? ¿Eres de los que lo guarda en el frigorífico? ¿Es el frío un aliado que preserva su frescura o un enemigo que arruina su sabor? Prepárate un buen capuchino o un rico café irlandés y acompáñanos en esta lectura, donde te damos algunos consejos para conservar correctamente tu café.
El frío: un enemigo para nuestro café
Aunque el frío parece una buena solución para preservar alimentos, el frigorífico no es un entorno ideal para almacenar café. Estas son las razones:
- La humedad: El frigorífico es un lugar húmedo, y la humedad es un gran enemigo del café. Al estar en este ambiente, el café comienza a absorber agua, lo que hace que el café, ya sea en granos o molido, se "infusionen" prematuramente, afectando su sabor.
- Los olores: Si el café absorbe humedad, también lo hace con los olores. Si tienes queso, ajo o algún guiso en el frigorífico, sus aromas acabarán impregnando tu café. ¿Café con sabor a roquefort? No, gracias.
- Cambios de temperatura: Cuando sacas el café del frigorífico, el cambio de temperatura genera condensación dentro del envase. Este agua adicional acelera la oxidación del café, afectando su frescura y sabor.
En resumen, aunque el frío limita la oxidación, las condiciones del frigorífico no son las más adecuadas para el café.
¿Y si lo guardo en un recipiente hermético?
Buena idea... a medias. Usar un recipiente hermético puede parecer la solución, pero si lo metes en el frigorífico, no estarás eliminando todos los problemas. Aunque limitarás parcialmente la oxidación y los olores externos no penetrarán, la humedad del frigorífico y la condensación seguirán siendo un problema. De modo que, sí al recipiente hermético, pero un no rotundo al frigorífico.
¿Y si me voy de vacaciones? La excepción que confirma la regla
Si no vas a consumir el café en semanas, puedes hacer una excepción y almacenarlo en el frigorífico, pero asegúrate de hacerlo en un recipiente hermético para minimizar la exposición a la humedad y los olores. En estos casos, es preferible un café ligeramente alterado que uno completamente rancio.