Hay torrijas para todos los gustos: bañadas en miel al estilo sevillano, con vino y canela, de azúcar y canela, leche condensada... Hechas con brioche, con pan de molde o con croissants… ¡Y la verdad es que nos encantan todas! Ya no sólo en época de Semana Santa, que es cuando más se consumen, sino en cualquier época del año, este capricho calórico es un pecadillo venial en el que merece la pena caer. Y además, una solución perfecta para cuando se nos queda el pan duro. Se trata de una elaboración infantilmente fácil y no por eso menos resulta menos deliciosa. Su receta no tiene secreto y una vez que conoces cómo hacer torrijas improvisar para darle distintas texturas o disfrutar de nuevos sabores es una gozada.
Si este año tú también te has apuntado a ese “Torrija challenge” en el que te enfrentas con tu cuñado para alzarte con el premio del rey torrijil no está demás darle una vuelta creativa a la receta y probar otras alternativas a este dulce tradicional. ¡Y nosotros te proponemos la mejor!
Lo cierto es que no se trata de una torrija al 100% pero se asemeja bastante. Te hablamos de una versión en la que mezclamos las french toast (primas hermanas de las torrijas) con un sándwich americano de crema de cacahuete y mermelada. La mezcla es un delirio de placer. ¿Quieres saber cómo lo hacemos? Te guiamos con una detallada explicación escrita y con una video receta para que no te pierdas ningún detalle. Todo eso, aquí ↓ ↓