No comas patatas con brotes antes de leer esto
Las patatas siempre tienen un hueco en casi todas las cocinas del mundo. Se pueden cocinar de mil maneras, son baratas y bastante fáciles de conservar. Con ellas podemos disfrutar desde una sabrosa tortilla de patatas hasta un cremoso puré al estilo Joël Robuchon o unos deliciosas y crujientes patatas fritas. Vale, hasta aquí genial. Pero ¿alguna vez te ha pasado que vas a hacer alguna de estas recetas y al coger una patata y te das cuenta de que tiene brotes? ¿Podemos usarla o hay que tirarla? Si alguna vez te has hecho esa pregunta, sigue leyendo porque te damos la respuesta.
¿Qué ocurre cuando brotan las patatas?
Las patatas, incluso después de ser recolectadas, no se resignan a su destino. Más bien, guiadas por su instinto natural, se esfuerzan por dar vida a una nueva planta, desarrollando esos característicos brotes. Este proceso, aunque fascinante, tiene un lado menos positivo: al germinar, las patatas incrementan la producción de solanina y chaconina, dos compuestos naturales que pueden volverlas amargas y, en dosis elevadas, resultar muy perjudiciales para nuestra salud sin son ingeridas.
La solanina y la chaconina, si se consumen en exceso, pueden tener efectos negativos para la salud, así que mejor prevenir.
Entonces ¿puedo comer patatas brotes?
Sí, pero con algunas precauciones esenciales. Las patatas germinadas pueden comerse si aún están firmes y se han eliminado cuidadosamente las partes potencialmente tóxicas. Puedes seguir estos pasos para limitar los riesgos :
- Quitar los brotes: Los brotes contienen la mayor parte de la solanina acumulada. Córtelos por completo.
- Eliminar las zonas verdes: Si la piel o la pulpa de la patata se ha vuelto verde, esto indica una mayor concentración de solanina. Tendrás que pela muy bien la patata y eliminar las zonas verdes.
- Comprobar la textura: una patata de piel arrugada, textura blanda, con manchas que van del verde al negro o que muestran signos obvios de estar podrida debe desecharse. Estos signos indican una descomposición avanzada.
- Revisar el estado general de la patata: Si ves que los brotes son largos, si hay muchos o si la patata está muy dañada, a la basura orgánica.
¿Qué me puede pasar si como patatas con brotes?
Comer patatas germinadas o con brotes sin tomar las precauciones adecuadas puede provocar síntomas asociados a la intoxicación por solanina, como:
- Problemas digestivos: náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.
- Dolores de cabeza: Las toxinas pueden alterar el sistema nervioso, provocando dolores de cabeza o sensación de pesadez.
- Confusión y letargo: En casos graves, pueden aparecer síntomas neurológicos como confusión o somnolencia excesiva, que requieren atención médica.
- Muerte: solo en casos muy extremo. La solanina puede ser potencialmente mortal, aunque los casos fatales son extremadamente raros debido a que el sabor amargo de los alimentos con altos niveles de solanina generalmente actúa como una advertencia y repulsivo natural.
¿Cómo conservar las patatas para evitar que broten?
Aunque con el tiempo las patatas van a terminar brotando, aquí te dejamos algunos consejos para prolongar la conservación de tus patatas:
- Guárdalas en un lugar fresco y oscuro: lo ideal es entre 4 y 10°C. Evita que le de la luz, ya que favorece la producción de solanina.
- Evita la humedad: un exceso de humedad puede acelerar su deterioro.
- Sepáralas de las cebollas: Las cebollas emiten un gas que acelera la germinación.
De modo que:
Las patatas germinadas pueden comerse si aún están firmes y retiras concienzudamente todas las partes afectadas (brotes y zonas verdes). Sin embargo, si están blandas, podridas o muy germinadas, es más seguro tirarlas. En caso de duda, lo mejor es no arriesgarse.
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