Hacía ya algunas semanas que no os ponía ninguna receta de mi madre y hoy he decidido escribir uno de los platos más clásicos de nuestra gastronomía. La verdad es que a mí las judías no me gustan nada me recuerdan a cuando era pequeña y no puedo con ellas, pero a mi padre y al resto de mi familia les encantan así que aquí os dejo la receta su receta.
La noche anterior se ponen a remojo las judías en agua, dejarlas bien cubiertas, ya que luego crecen.
Al día siguiente se les quita el agua y se echan en una olla junto con la media cebolla, los cuatro dientes de ajos pelados, el laurel, el rabo de cerdo, la panceta y el chorizo, estos dos últimos ingredientes cortados en varios trozos. Lo tenemos a fuego medio durante hora y media.
Pasado este tiempo se hace el arreglo de las judías esto consiste en echar en una sartén un poco de aceite con una cuchara de harina cuando vemos que ya está cocinada, apagamos el fuego y le añadimos la sal y una cucharada de postre de pimentón. Se da varias vueltas y se lo añadimos a la cacerola.
Nos fijamos que las judías estén bien cubiertas de agua si no se les añade algo más, ya que si no están bien cubiertas se pueden quedar secas y dejamos la olla durante otras dos horas a fuego lento. Una vez pasado este tiempo ya están listas para comer, se les quitan los ajos y la cebolla y se van sirviendo en cada uno de los platos.